Ayer tuvimos la esperada visita de Liza para ver sus toiles,
nos encanta que venga porque es un amor
así que yo aprovecho para robarle un poco más de tiempo sentándome con ella a tomar un café,
al escuchar sus historias locas y planes de futuro me transmite siempre su energía.
Casi siempre me pruebo yo misma las prendas,
Liza quiere que sus prendas encajen con tallas de mujeres reales
por eso prefiere no usar modelos.
Si queremos una segunda opinión se las prueba ella también,
si nos encaja bien a las dos es que va por buen camino y no necesita más retoques.
Tiza, jaboncillos de colores, tijeras, cinta métrica
todo vale para señalar largos, costuras, sisas, cortes...
Una vez probado todo
(y hacer un poco el ganso, esas fotos nunca verán la luz)
colgamos de nuevo las prendas con sus patrones correspondientes y rectificaciones anotadas
para que Rubén modifique los patrones, haga los escalados y quede todo preparado
para cuando llegue el tejido.
Y en ese momento nuestra historia continuará...
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